El barrio gótico es uno de esos lugares mágicos.
Calles estrechas inundadas de gente que deambulan sacando fotos para congelar el momento, detalles. Otras personas, ajenas al turismo, se mueven rápido como hormigas trabajadoras, no por ello aisladas de la atmósfera del barrio. Los edificios antiguos se levantan a los lados con sus paredes grises y frías, formando un rio celeste cuando cortan el cielo.
De pronto te envuelve la música que tocan dos hombres. Un saxo y un hang drum son los instrumentos, y todo lo que necesitan. Las paredes ya no están frías y el trabajador no se distingue del turista, todos permanecen inmóviles mirando a los intérpretes.
Foto: Ivo Boán
Por las noches el único peligro que te podrás encontrar son los hombres armados con instrumentos.
Artistas callejeros siguen su ritual con las sombras como sus únicos cómplices.
Foto: Ivo Boán
El hang drum, a pesar de su sonido místico y aparentemente milenario, es un instrumento moderno suizo creado por los laboratorios PANart. Su versatilidad es increible. Consta de una sola pieza de acero que según donde golpeemos podemos obtener diferentes tonos.
2 comentarios:
Ahora yo no soy la que mete hormigas en sus historias...
hay una frase por ahí que te robaré, y cambio un beso =)
Excelente foto y un supertexto que acompaña la calidad de este blog, felicitaciones!!!
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